En octubre del año pasado medios estadounidenses informaron que China estaba lista para ensayar el nuevo misil antisatélite Dong Ning-2 (DN-2) con una ojiva de interceptación de acción cinética, pero la prueba fue pospuesta.
Ahora, de acuerdo con las previsiones de EE.UU., China podría probar el DN-2 en las próximas semanas. Se especula que la altura de la destrucción del objetivo podría superar unos 22.000 kilómetros.
Por su parte, el Pentágono emitió un comunicado diciendo que "estamos siguiendo de cerca el desarrollo de las Fuerzas Armadas de China y pedimos a las autoridades de este país que muestren una mayor transparencia acerca de sus capacidades e intenciones".
Entretanto, China está desarrollando, en total secreto, otras tecnologías, incluyendo la creación de equipos de interferencias electrónicas y electromagnéticas contra los satélites de posibles adversarios y el uso de rayos láser para destruir objetivos espaciales.