Julio Heredia, autor de estas líneas
Me sorprende y me halaga que jóvenes cocineros requieran y tomen en cuenta mis opiniones: ¡con gusto! Era ya una pasión mía (y de mi familia) siendo adolescente (cuando no existían ni Gastón, ni Mistura, ni mentiras, ni groseras comilonas de TV, ni reporteros burdos y tragones) y tenía conciencia que nuestra cocina era oro en bruto como casi toda nuestra cultura.
Hoy sigue siendo un potencial. Lo ha dicho con prudencia Alain Ducasse, el gran cocinero francés, a quién no han querido oír, por supuesto, los protagonistas de la farra culinaria local: ha dicho que nos "favorece la biodiversidad" y que estamos "en el punto de partida". Lo alucinante es que algunos salen a decir que ha dicho "que es la mejor del mundo"(¡¡¡!!!)
También con cierta elegancia ha recordado el gastrónomo francés que "ningún cocinero peruano está entre los diez mejores del mundo": ¡Ajá! Y que, en cuanto a gastronomía respecta, tenemos "un gran camino por recorrer" ha dicho con amabilidad y con sincero interés Ducasse y yo creo lo mismo. Creo también que alcanzaremos la excelencia cuando aprendamos a decantar desactivando las golosas trampas del autoengaño.