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Viernes 06 de diciembre 2019

Francia enfrenta el segundo día de caos en los viajes mientras continúan las huelgas

Paros en el transporte hasta el fin de semana en medio de protestas contra los cambios de pensión planeados.
Francia enfrenta el segundo día de caos en los viajes mientras continúan las huelgas
Foto: elperiodico.com

 

Francia se enfrenta a un segundo día de caos en los viajes y el cierre de escuelas después de que los sindicatos dijeron que no habría alivio en las huelgas nacionales contra los cambios propuestos por Emmanuel Macron al sistema de pensiones.

La huelga de gran alcance, que llevó a más de 800,000 personas a las calles el jueves, es vista como la mejor prueba hasta el momento para el presidente centrista, que ha prometido ofrecer la mayor "transformación" del modelo social y sistema de bienestar francés desde La era inmediata de la posguerra.

Los trabajadores ferroviarios, los controladores de tránsito aéreo y los maestros salieron, dejando el transporte paralizado y muchas escuelas cerradas. Algunas escuelas reabrieron el viernes, pero muchas clases y comedores aún estaban interrumpidos. Las paradas de transporte del viernes se extenderán hasta el fin de semana, con casi todos los servicios de trenes de alta velocidad cancelados, la mayoría del metro de París cerrado y cientos de vuelos eliminados.

En la hora pico del viernes por la mañana, había atascos de tráfico de 350 kilómetros (215 millas) en el área de París mientras los trabajadores usaban sus automóviles para ir a trabajar.

Las huelgas se convocaron principalmente para protestar por los cambios planificados en el sistema de pensiones, pero los manifestantes, incluidos el personal del hospital, los bomberos y los maestros, también se quejaron de los recortes a los servicios públicos y lo que llamaron un "desmantelamiento" del modelo social francés, tradicionalmente el país fuerte red de seguridad para personas mayores y desempleados.

Después de meses de protestas antigubernamentales en chalecos amarillos a principios de este año, la mayoría del público francés cree que el país está en una crisis social, con la sensación de que las personas luchan para llegar a fin de mes y los servicios públicos se están reduciendo. "Hay una sensación de inquietud y preocupación en el aire", dijo un profesor universitario de París que se había declarado en huelga y se unió a las protestas.

El pro-negocio Macron está bajo presión para demostrar que puede enfrentar las manifestaciones callejeras y seguir adelante con sus cambios. Su mantra como presidente ha sido que es mejor arriesgarse a ser impopular haciendo cambios estructurales que quedarse atrapado en el pasado.

Pero el gobierno también es consciente de la necesidad de consultar ampliamente y caminar ligeramente en medio de un ambiente de ira en la calle. El ejecutivo busca evitar una huelga prolongada y abierta que podría causar interrupciones hasta Navidad si continúa. Se espera que el gobierno negocie con los sindicatos y haga propuestas a diferentes sectores, incluidos los docentes. Los funcionarios de Élysée dijeron que Macron estaba "tranquilo y decidido a llevar a cabo esta reforma" en un estado de ánimo de "escuchar y consultar".

El gobierno aún no ha explicado sus planes completos sobre las pensiones, pero está presionando por un plan de pensiones único que, según los críticos, requeriría que todos trabajen más tiempo.

El gobierno ha argumentado que unificar el sistema de pensiones francés, y deshacerse de los 42 regímenes "especiales" para sectores que van desde trabajadores ferroviarios y energéticos hasta abogados y personal de la Ópera de París, es crucial para mantener el sistema financieramente viable a medida que la población francesa envejece. Los sindicatos dicen que la introducción de un sistema universal para todos significará que millones de trabajadores en los sectores público y privado deben trabajar más allá de la edad legal de jubilación de 62 años, o enfrentar una fuerte caída en el valor de sus pensiones.

El cambio de pensión es el último paso para Macron después de que revisó las normas laborales y modificó el sistema de desempleo, pero siempre ha sido un tema delicado en Francia. Los índices de aprobación de Macron, de alrededor del 30%, han mejorado desde la altura de las protestas de chalecos jaunes el año pasado. Pero aunque muchos votantes franceses están de acuerdo en que se debería cambiar el sistema de pensiones, no están seguros de que se pueda confiar en Macron para hacerlo. Una encuesta reciente de Ifop encontró que el 76% de los franceses respaldaron el cambio de pensión, pero el 64% no confiaba en que el gobierno lo lograría.

 

 

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