"He tomado la decisión democrática de renunciar de forma irrevocable al cargo de ministro del Interior, rechazando las falsas acusaciones a mi trayectoria profesional y en respeto a la gobernabilidad y la confianza del presidente de la República", hizo saber a través de su cuenta oficial de Twitter ayer martes 2 de noviembre, poco después de las 11 de la noche.
Por su parte, el jefe del Estado, Pedro Castillo, hizo de conocimiento público, también en Twitter, que había aceptado la dimisión en la misma red social e indicó que hoy designará al remplazo de Luis Barranzuela. "Anuncio que he recibido y aceptado la renuncia del ministro del Interior, Luis Barranzuela. En las próximas horas tomaré juramento a quien le sucederá en el cargo. Nuestro compromiso continúa siendo el de garantizar la gobernabilidad del país", dijo el primer mandatario.
El alejamiento de Luis Barranzuela del ministerio del Interior se produjo en medio de una creciente presión mediática y política. Al punto que, pocas horas antes de que Luis Barranzuela anunciara su renuncia, había trascendido que el jefe de Estado y la primera ministra, Mirtha Vásquez, se habían reunido ayer por la tarde a fin de evaluar su permanencia en el cargo.
Trascendió asimismo que Luis Barranzuela no estaba dispuesto a dejar la cartera de Interior. Sostuvo hasta el final, tal como reza en el documento enviado a la primera ministra que la reunión denunciada por vecinos fue una en la que se vieron asuntos de trabajo. De nada le sirvió. Su suerte estaba echada.