Rangún.- Hicieron esperar más de la cuenta pero tras varias horas la junta militar de Myanmar –ex Birmania– ordenó la liberación de la disidente Aung San Suu Kyi y puso fin a siete años y medio de cautividad ininterrumpida.
Entre lágrimas Suu Kyi fue ovacionada por miles de sus seguidores que se acercaron a su vivienda en Rangún que le fue retirada los controles policiales y una alambrada de pino.
Durante diez minutos, la “Dama”, como se la conoce en su país, habló a sus seguidores y los conminó a no darse por vencido y trabajar unidos para lograr la meta de la libertad.
“No me lo puedo creer, no me lo puedo creer”, repetía entre lágrimas una birmana.