Londres.- George Ball, un británico de 72 años, desarrolló en vida un gran temor hacia quedar encerrado dentro de un ataúd como había visto muchas veces en la películas de Hollywood. Fue así que su última voluntad fue que lo enterraran con un celular en el interior del féretro para evitar malos ratos … si es que se presentaban.
Según la prensa británica Ball, quien falleció días atrás víctima de un incendio, dio orden expresa de que antes que lo enterraran sus amigos lo llamaran al celular para confirmar que había muerto.
“Solo si no respondía la llamada podía efectuarse el servicio fúnebre”, declaró uno de sus amigos quien confirmó que su última voluntad estaba estipulada en su testamento.
Cientos de personas asistieron al funeral del hombre, solador de profesión, en la localidad inglesa de Bradwell, condado de Staffordshire, según informó hoy el diario The Daily Telegraph. Todos, obviamente, con crédito en sus celulares para efectuar la bendita llamada.