Washington D.C.- “No somos espías ni promovemos acciones de espionaje entre nuestros trabajadores”. De esta forma el Departamento de Estado norteamericano, encargado de la política exterior de EE UU, salió al frente de las nuevas denuncias difundidas por la página Wikileaks.
“Nuestros diplomáticos saben exactamente lo que son: diplomáticos”, declaró en una conferencia de prensa el portavoz Philip Crowley.
El domingo Wikileaks sacó a la luz pública documentos internos en los que se revelan que el Departamento de Estado pidió a sus embajadores en varios países del mundo –incluido el Perú– que reúnan informaciones sobre líderes extranjeros.
Las instrucciones, en parte firmadas por la titular de la cartera, Hillary Clinton, fueron enviadas a embajadas en Medio Oriente, Europa del Este y América Latina, así como a la misión de Estados Unidos ante la ONU.