Según publicó la BBC, “Las inundaciones le dejan un regalito lleno de dientes. Una mujer se encontró cara a cara con un cocodrilo que yacía junto a su hijo de tres años en el salón de su casa al norte de Brasil. El animal de un metro y medio de longitud era acariciado en la cabeza por el pequeño”.
Según manifestó Luiz Claudio Farias, capitán del cuerpo de bomberos de la ciudad de Parauapebas, “Al parecer el cocodrilo fue arrastrado por las aguas hacia el interior de la casa el pasado lunes”.
Y que “La mujer que llegó para limpiar su casa tras las inundaciones, encontró a su hijo jugando con algo detrás del sofá. Ese ‘algo’ era el peligroso animal. Ella alejó de inmediato al niño y nos llamó”.
Farias, agregó que “tuvieron mucha suerte porque el animal no tenía hambre. De haber tenido hambre, podría haber herido de gravedad o incluso haber matado al niño”. “Las ciudades en esta zona fueron construidas muy cerca de ríos y bosques tropicales, por lo que no resulta extraño ver animales como caimanes y serpientes entrar en las casas”.