Es la tercera vez en su carrera que Roger Federer se ha visto obligado a retirarse. En las tres oportunidades problemas en la espalda se lo han impedido.
El encuentro duró en la medida de la incapacidad de Wawrinka para concluir con el match lo más antes posible. Sin saber cómo abordar el encuentro frente a un jugador tan disminuido físicamente, el suizo se desconcentró completamente.