Un niño de diez años llamado Callum Currie fue salvado luego de caer al fango que era como un tipo de arenas movedizas. De esta forma, los rescatistas lograron echarle un salvavidas al menos que ya se había hundido hasta la cintura.
Asimismo, se supo que un grupo de ocho guardacostas trabajaron durante 30 minutos para rescatar al estudiante. Por su parte, la mama de Callum, Amanda Currie, dijo que su temor era que su hijo se hundiera aun más, por lo que pensó en qué tan profundo era eso y si iban a poder salvarlo.
Cabe mencionar que se ubicaron varias señales que alertaba a la gente sobre el peligro de aludes de lodo, pero la señora Currie dijo que no sabía lo "suficiente" sobre las señales que habían en la playa.