La camarera peruana Erika Fani Soria Molina, el último cadáver en ser recuperado tras el naufragio en aguas italianas del crucero Costa Concordia, fue descrita por varios supervivientes como una heroína.Diversos testigos afirman que Erika ayudó a muchos a subirse a los botes de salvamento, y cedió su propio chaleco salvavidas a un anciano.
El cuerpo de Erika fue encontrado portando aún su uniforme de camarera pero sin chaleco.
Graduada en Turismo, Erika Soria realizaba su tercer viaje de crucero por el Mediterráneo cuando se produjo el naufragio. La recuperación de su cuerpo puso fin a varios días de búsqueda desesperada por parte de los equipos de salvamento, así como de sus padres y una hermana, que siguieron con angustia las tareas desde el puerto de Giglio.