Ron Paul, el último rival en la candidatura republicana para las elecciones de Estados Unidos tras la dimisión de Rick Santorum y Newt Gingrich, anunció que dejará de gastar recursos para su campaña y se focalizará en acumular delegados.
A través de un comunicado, Paul indicó que no seguirá invirtiendo en su campaña durante las elecciones primarias pues ya no existen esperanzas de obtener una victoria y seguir intentándolo significaría gastar millones de dólares que su equipo ya no tiene. Sin embargo, destacó que esto no significa una renuncia en la investidura en la convención nacional que se celebrará en agosto en Tampa, Florida.
Ron Paul se encuentra en el cuarto lugar en delegados obtenidos con un total de 99, muy por debajo de los 945 con los que cuenta Mitt Rommey.