Cruzó mal un semáforo y fue frenado por un patrullero de la policía de Ohio, Estados Unidos. Esperó unos segundos desde su asiento de conductor. La situación no ameritaba más que una multa. Pero el desenlace fue imprevisto. Llegó una secuencia de película. James Gilkerson, de 42 años, se bajó del auto y descargó una AK-47 ante el patrullero. Tras el tiroteo, murió.
El hecho, ocurrido en marzo, fue difundido recién hace dos días por la policía, que aún no encontró la razón del increíble comportamiento. Ninguno de los dos agentes resultó herido por el tiroteo.