Acuerdo de Chile apunta a unir a una nación dividida por conflictos sociales

Chile dio un paso importante hacia la solución de la crisis social que ha convulsionado a la nación durante el último mes cuando los legisladores de casi todos los partidos acordaron el viernes temprano un mecanismo para reescribir la constitución.

Hubo un aire de alivio palpable cuando un grupo de líderes del partido visiblemente cansado anunció el acuerdo aproximadamente a las 2:30 a.m.después de otro día de disturbios e incendios en todo el país.

Chile ha sido destrozado por las protestas desde el 18 de octubre en el mayor descontento social de una generación. Los manifestantes exigieron una nueva constitución, argumentando que la actual consagra un sistema económico que no garantizó los derechos básicos, incluida la atención médica decente, la educación y las pensiones. La constitución fue redactada durante la dictadura de Augusto Pinochet y protegió un modelo de libre mercado que incluso permitió la privatización del agua, un tema candente durante la actual sequía.

Esto "señala una salida pacífica y democrática a la crisis y la construcción de un verdadero contrato social", dijo el presidente del Senado, Jaime Quintana, en la conferencia de prensa. "Esta es una victoria para todo el país: ofrecemos por primera vez una constitución que es 100% democrática".

El peso se recuperó 1.9% a 787.40 contra el dólar a las 10:11 a.m. hora local, disminuyendo una caída de más del 7% en los primeros cuatro días de la semana. El índice de referencia IPSA saltó un 6,7%.

Las tasas de intercambio cayeron cuando el peso se recuperó. Los swaps de dos años cayeron 22 puntos básicos, la mayor cantidad desde junio, y los 10 años cayeron 28 puntos básicos. La curva, que ayer se había movido para descartar recortes de tasas en medio de la caída del peso, ahora está nuevamente buscando una posible flexibilización.

Según el acuerdo del viernes, Chile celebrará un referéndum en abril para decidir qué organismo redacta la constitución. Una opción será una Convención Constituyente recién elegida, la otra una mezcla entre el Congreso y una Convención.

Los miembros serán elegidos en octubre y tendrán nueve meses para escribir la carta, con la posibilidad de una extensión de tres meses. El documento final deberá ser votado 60 días después en un plebiscito en el que la votación será obligatoria.

El acuerdo representa una concesión del gobierno de centroderecha. Si bien habían acordado que era necesaria una nueva constitución, querían que el Congreso desempeñara un papel preponderante en su elaboración para evitar cambios radicales en la carta.

Aún así, el acuerdo dice que cualquier acuerdo debe ser aprobado por dos tercios de la Convención, por lo que los acuerdos generales son esenciales.

Un punto amargo de los procedimientos fue la ausencia en las conversaciones de una minoría de legisladores, incluido el Partido Comunista, que tiene 9 de 155 escaños en la Cámara de Diputados. Eso puede dificultar la venta del acuerdo a algunas de las personas que han salido a las calles por cientos de miles en el último mes.