Sábado 20 de abril 2024 | Contáctenos
Las Naciones Unidas han pedido a las autoridades iraníes que frenen el uso de la fuerza para dispersar las protestas provocadas por un aumento en el precio del combustible, ya que los medios iraníes informaron que tres "miembros de las fuerzas de seguridad del país fueron asesinados a puñaladas".
En comentarios hechos a periodistas en Ginebra el martes, Rupert Colville, portavoz del alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, dijo que el cuerpo había recibido informes de que decenas de personas fueron asesinadas durante las manifestaciones. Al describir el alcance de las víctimas denunciadas como "claramente muy graves", Colville pidió a las autoridades que defiendan los derechos de los manifestantes a la libertad de expresión y reunión pacífica.
Sus comentarios llegaron un día después de que la agencia de noticias semioficial ISNA informara el lunes por la noche que tres miembros de las fuerzas de seguridad de Irán fueron asesinados por "alborotadores" cerca de la capital, Teherán.
El informe elevó el número de personas asesinadas durante las protestas contra el aumento del precio del combustible a al menos 11, cinco fuerzas de seguridad y seis civiles, según las cifras recopiladas por Al Jazeera.
ISNA dijo que las tres personas asesinadas fueron apuñaladas por asaltantes en las afueras de Teherán. Uno de los tres fue identificado como Morteza Ebrahimi, un comandante del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC). Los otros dos eran Majid Sheikhi, de 22 años, y Mostafa Rezaie, de 33. Ambos sirvieron en la milicia Basij, una fuerza voluntaria leal al establecimiento.
Las manifestaciones estallaron por primera vez el viernes cuando las autoridades lanzaron un esquema de racionamiento de gasolina y recortaron los subsidios en una medida que hizo que los precios aumentaran en un 50 por ciento.
Las autoridades dicen que los cambios, que forman parte de los esfuerzos para mitigar los efectos de las paralizantes sanciones de Estados Unidos en la economía de Irán, tienen como objetivo recaudar fondos para entregar dinero en efectivo a los ciudadanos más pobres del país.
Pero muchos iraníes que ya están luchando en medio de una recesión económica importante se apresuraron a expresar su enojo por la nueva política, acordada por el Consejo Supremo de Coordinación Económica compuesto por el presidente Hassan Rouhani, el jefe del poder judicial Ebrahim Raisi y el presidente del Parlamento Ali Larijani.
Grandes manifestaciones tuvieron lugar en los últimos días en varios pueblos y ciudades de Irán, con los conductores abandonando vehículos en las carreteras y los manifestantes bloqueando las carreteras. Pronto se volvieron violentos y se extendieron a ciudades y pueblos de todo Irán, con bancos, estaciones de servicio y otras propiedades públicas incendiadas y tiendas saqueadas.
Aún así, el alcance total de las protestas sigue sin estar claro en gran medida como resultado de las restricciones de internet impuestas el sábado.
Netblocks, un sitio web que monitorea los cierres de red globales, dijo que la conectividad a internet de Irán era del cuatro por ciento en comparación con los niveles normales.
El gobierno dijo el martes que desbloqueará Internet solo cuando las autoridades estén seguras de que no será "abusado" durante las protestas.
"Muchas profesiones y bancos... se han enfrentado a problemas y hemos estado tratando de resolver esto", dijo el portavoz Ali Rabiei, citado por ISNA.
"Internet volverá gradualmente en algunas provincias donde hay garantías de que no se abusará de Internet", dijo. "Entendemos que la gente ha enfrentado dificultades... pero la mayor preocupación en las circunstancias actuales es mantener la paz y la estabilidad del país".
Sus comentarios se produjeron cuando un portavoz del poder judicial iraní dijo el martes que las protestas en todo el país habían disminuido.
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