De nada le valió a la hasta ahora primera ministra británica Liz Truss retroceder en lo de la rebaja de impuestos, evaluada en un monto superior a los 60.000 millones de euros, que amenazaba con provocar un insostenible agujero en las cuentas públicas. Su suerte estaba echada, esta tarde anunció que renunciaba al puesto que hace poco menos de un mes y medio había asumido.
"No puedo cumplir el mandato por el que me eligieron. He anunciado al rey mi decisión de renunciar”, dijo Liz Truss, convirtiéndose de esa manera en la primera ministra de más breve ejercicio en el poder en la historia del Reino Unido.
De acuerdo a lo acordado con la dirección del Partido Conservador, Liz Truss hizo saber asimismo que se mantendrá en el puesto hasta que se elija a quien lo o la sustituirá. Es decir, seguirá en el puesto hasta que se elija en el curso de la próxima semana a quien le seguirá los pasos como inquilina del 10 Downing Street.
"He hablado con el presidente del partido, Jake Berry, y me confirmó que será posible realizar una votación y concluir una elección de liderazgo para el viernes 28 de octubre. de maneras que deberíamos tener un nuevo líder antes de la declaración fiscal que tendrá lugar el día 31 de este mes", hizo saber por su parte el diputado Graham Brady, presidente del Comité de 1922.
"El Partido Conservador ya no tiene un mandato para seguir gobernando”, ha dicho por su parte el líder laborista, Keir Starmer. "La ciudadanía británica merece tener voz a la hora de decidir el futuro del país, y poder comparar el caos creado por los tories con los planes de la oposición para salir de este enredo”", sentenció.