Se ha realizado un singular estudio por la Universidad de Wageningen de Holanda, tras la alerta de vecinos de la localidad Alphen aan den Rijn, los cuales observaron anomalías en los árboles de la zona, las cuales no responden a una bacteria o virus.
El estudio, observó a 20 fresnos, los cuales fueron expuestos a ondas WiFi. Los primeros resultados señalaron que los árboles que fueron más expuestos a estas ondas sufrieron de resequedad y caída de hojas, así lo informó el diario El País de España.
Sin embargo los detractores de estos estudios, señalaron los resultados como prematuros, y que los árboles no están expuestos a esa cantidad de ondas, como han sido expuestos los árboles del experimento.