Un joven de 17 años ingresó a una guardería con dos sables y retuvo a una maestra junto con más de 20 niños en Francia. La policía francesa llegó rápidamente al lugar e inició una larga sesión de negociaciones con el joven.
Se informó que este joven sufría de alteraciones mentales y de una gran depresión que no lo dejaba tranquilo. Las autoridades evacuaron rápidamente a todos los demás alumnos y profesores y los atendieron.
Luego de 3 horas y media de negociaciones sin resultados, el joven pidió un arma para poder suicidarse frente a los niños que tenía como rehenes. Los policías especializados no hicieron caso a su pedido y decidieron actuar dándole fin a tanto tiempo de tensión.
Un efectivo especializado le aplicó desde una distancia prudente una descarga eléctrica con una pistola Taser la cual lo dejó inmovilizado sin hacerle daño. Luego de eso, el joven fue trasladado para ser puesto a disposición judicial.