El mundo que nos espera

Por: Grover Pango

Ahora que renovamos autoridades regionales y municipales, a ellas les haría muy bien saber hacia dónde parece ir el mundo. Las posibilidades de que siga cambiando son absolutas e indiscutibles, tanto que los gobiernos más poderosos y sus organismos no cesan de interrogarse sobre lo que habrá de venir.

El periodista español Iván Gil lo ha referido ya hace unos meses, pero su actualidad parece plena. Gil señala que hace un poco más de un año se supo que el Consejo Nacional de Inteligencia de EEUU había preparado un informe sobre lo que podría ocurrir en el mundo en los próximos 15 a 20 años. Las conclusiones del estudio señalan que en este plazo China se constituiría en la mayor economía mundial –presagio que se viene cumpliendo- como resultado de su PBI per-cápita, la población, el gasto militar y sus inversiones en tecnología. También advierte que el reto más delicado y beligerante que enfrentará la humanidad será la carencia de agua, como efecto del cambio climático y el incremento de la población.

Otra carencia amenazante será la energía, que agrava sus efectos sobre la producción alimentaria. Frente a exigencias de esta naturaleza, las investigaciones conducen a la utilización del llamado gas esquisto, cuyos yacimientos más importantes se han encontrado en EEUU, Canadá y Francia, pero ya genera serios debates por sus probables consecuencias ecológicas.

Un amplio espacio de estas predicciones está reservado para las innovaciones tecnológicas. Una primera hace saber del crecimiento de los “magnates de internet”, por su inmensa capacidad informativa y por su posible influencia en el comportamiento de la población y aún de las entidades gubernamentales. Se anuncia también la expansión de la tecnología protésica o robótica, para el mejoramiento del rendimiento físico de las personas, como hoy se hace con la cirugía estética. Y finalmente la administración de técnicas para aumentar la función neuronal, como ya algunas películas lo vienen advirtiendo, aunque todavía parezcan de ciencia-ficción. Es bueno saberlo; y no sólo por cultura general.