"Los peruanos no son estúpidos. Ni en Cajamarca ni en San Juan de Lurigancho. Ni siquiera en San Isidro. Pero lamentar la ignorancia, la falta de memoria y hasta la estupidez del electorado peruano se ha vuelto una práctica común. El rey de los lamentos es Aldo Mariátegui, que saca del closet su concepto del electarado cada vez que se elige alguien que a él no le gusta (o sea, con frecuencia)", señala el autor del artículo publicado en el periódico peruano La República.